lunes, 13 de mayo de 2013

Pieza invitada "Capa de Chiva de Alistana". Palazuelo de las Cuevas. Zamora


El programa “La pieza invitada”, pretende acercar al visitante prendas especialmente llamativas o curiosas de la indumentaria popular de otras comarcas españolas de una manera temporal. Estas piezas han sido prestadas por instituciones o particulares al Museo Provincial del Traje Popular, donde adquieren un nuevo significado fuera de su contexto habitual, al ser presentadas como una exposición de una sola obra.


Nuestra primera prenda invitada es una "Capa de chiva alistana" proveniente de la localidad zamorana de Palazuelo de las Cuevas. La pieza pertenece a la colección particular de D. Carlos Martín Ramos, experto en indumentaria y gran conocedor de la cultura popular del occidente castellano y leonés, en especial de la provincia de Zamora.


La “Capa de chiva” es una de las piezas más importantes de la indumentaria ibérica. Aunque existen otras ropas de abrigo de indudable antigüedad, como el capote soriano, a todas les hace sombra la  presencia de este tipo de capas alistanas, verdaderos colosos de paño, que logran la admiración incluso de aquellos espectadores renuentes a la belleza de la indumentaria popular. 


La “Capa alistana” está realizada  en grueso paño casero de color pardo, de gran rusticidad y aspereza, bien enfurtido a golpe de batán. Su amplio vuelo cae en abultados canalones hasta los tobillos. Una esclavina de  flecos protege su parte superior, de donde arranca una capucha de mucha anchura, denominada “capillo”, que se llega a confundir con un aparatoso cuello; del pico del capillo pende hacia atrás una banda triangular denominada “chiva”.  Son varias las teorías sobre la denominación de este elemento que da nombre a la prenda; algunos investigadores  ven en la “chiva” semejanzas con la barba de una chiva o cabra, aunque lo más probable es que se trate de un giro vernáculo de la palabra “chia”, con la que se denominaba la cinta que  colgaba de la caperuza en los siglos XIV y XV.


La decoración de la pieza consistía principalmente en picar paño negro sobre el paño pardo natural de la lana; otras veces, se hacía al revés, aplicando finas celosías pardas encima de retazos de paño negro. Se decoraba con picados la esclavina, la vuelta del capillo y la chiva. Frecuentemente también se decoraban dos bandas sobre los hombros y los orillos de los delanteros.


Los escribanos de la zona de Aliste no citan la "Capa de chiva" bajo esta denominación en testamentos e hijuelas, donde tan solo aparecen capas de pardo, capas rodaderas y capas de capillo, las segundas siempre de mayor precio, lo que hace pensar que las de capillo eran patrimonio exclusivo del mundo rural.


Según relata Gustavo Cotera en su trabajo sobre de la indumentaria tradicional de Aliste, publicado por la Diputación de Zamora, hubo sastres de gran renombre en la comarca por confeccionar las mejores capas de chiva de todo el contorno, como el “Tío Periles” de Palazuelo de las Cuevas (lugar de procedencia de esta pieza) o el “Tío Sebastián” de La Torre.

El uso de esta prenda era obligado en todas las celebraciones solemnes. Así, se convertía en la indumentaria masculina en los actos vinculados a las bodas, como reflejó el fotógrafo Ortiz Echagüe en la instantánea tomada en un pueblo de Aliste durante el ceremonial de la bendición de los novios. En algunas bodas, el novio la lucía incluso encima de la anguarina.

La capa alcanzaba gran solemnidad en los entierros, acompañando las andas en las que se portaba el cadáver, donde los familiares doblaban para adentro parte de la decoración como símbolo de luto.

Pero si hay un lugar destacado en el uso de la “Capa de chiva alistana” es, sin lugar a dudas, Bercianos de Aliste donde la capa es la protagonista de dos importantes actos durante la Semana Santa. El día de Jueves Santo, en la tradicional procesión de “La Carrera”, todos los cofrades visten esta prenda emblemática. El día de Viernes Santo, después del sermón del párroco, se lleva a cabo “El Descendimiento” que consiste en bajar de la cruz la imagen de Cristo, para introducirla en una urna de cristal que es llevada en procesión hasta el Calvario. En esta tradición, originaria del S. XV, unos cofrades llevan la “Capa de chiva” y otros visten una túnica blanca de lino que les servirá de mortaja.




















 


              









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